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TEORÍA & PRAXIS

Acto de la FSM y el IOI: «Mujer: Luchas, Resistencias y Guerra»

Acto de la FSM y el IOI: «Mujer: Luchas, Resistencias y Guerra»

La Federación Sindical Mundial y el Instituto Obrero Internacional (IOI) organizaron la Conferencia:

Mujeres: luchas, resistencia y guerra

Viernes 29 de noviembre 16.00 horas (hora de Atenas)

PONENTES PRINCIPALES:

SUZAN ABDEL SALAM (PALESTINA)

DANIA LEYVA CREAGH (CUBA)

 

La fase histórica que atravesamos es terrible para los trabajadores, los pueblos y para nosotros, los sindicatos de clase que luchamos cada día contra la guerra, defendiendo los derechos de los trabajadores y construyendo una sociedad sin explotación del hombre sobre el hombre y el medio ambiente.

La guerra, la crisis económica y la competencia interimperialista abren escenarios cada vez más dramáticos. El genocidio impune de Israel en Palestina, las misiones militares en el Mar Rojo, la guerra en Ucrania, las masacres en el Congo y Sudán, los golpes de Estado en el Sahel, las tensiones en torno a Taiwán, son la manifestación más clara de la centralidad de la guerra en la fase histórica que vivimos.

La indescriptible tragedia que se desarrolla en Palestina nos habla de una voluntad de exterminio que hace palidecer otras destrucciones masivas que caracterizaron a regímenes del siglo pasado. En sólo un año, el ejército israelí ha matado al menos a 6.000 mujeres y 11.000 niños en la Franja de Gaza, una cifra que representa el mayor número de víctimas jamás registrado en un conflicto en la historia reciente. Esta cifra, ya de por sí dramática, no incluye a los aproximadamente 20.000 no identificados, desaparecidos o aún enterrados bajo los escombros.

Sólo después de la invasión rusa de Ucraina el mundo habló de esta guerra, pero es una guerra que desde 2014 ha visto, sin ningún orden en particular, una sistemática limpieza étnica de las regiones prorrusas de Donbass y Novorossija, con diversas persecuciones de la población civil, el asalto a varias Cámaras de Trabajo (como la de Odessa en 2014 en la que murieron 48 personas), la prohibición del Partido Comunista Ucraniano y de otros partidos progresistas y la rehabilitación de la peor escoria nazi y colaboracionista que -bajo el paraguas «democrático» de la OTAN- perpetró un golpe de Estado contra el gobierno legítimamente votado en Ucrania para sustituirlo por otro títere.

Los costes económicos y sociales de esta nueva fase de dura confrontación internacional están recayendo fuertemente sobre los trabajadores, especialmente sobre las mujeres, que pagan por estas decisiones en términos de recortes de bienestar, ataques a los salarios, alta inflación y un fuerte aumento del coste de la vida. El desvío de ingentes recursos por parte de los gobiernos de los distintos Estados desde el bienestar y las necesidades sociales hacia el gasto en armamento está determinando la necesidad cada vez más urgente de organizar la protesta sindical y social.

Las mujeres de la FSM están en primera línea en las luchas contra este sistema bárbaro, todos los días pero ¡¡¡necesitamos ser más y más fuertes!!!

La fuerte reanudación de los conflictos, las luchas, las huelgas en respuesta a estas opciones políticas, contra la guerra y en apoyo al pueblo palestino y libanés es la única respuesta posible. Las organizaciones afiliadas a la FSM, están en todos los países a la cabeza de las luchas y huelgas que involucran a millones de trabajadores, bloqueando la producción y los servicios y haciendo avanzar no sólo las reivindicaciones estrictamente sindicales sino también el choque con el modo de producción capitalista y la necesidad de una profunda transformación social.

La guerra se ha convertido una vez más en el principal instrumento con el que el polo imperialista euroatlántico y su instrumento militar, la OTAN, intentan resolver una crisis sistémica del capitalismo sin precedentes. contra la guerra y por la liberación plena de todos los pueblos oprimidos, ayer como hoy al lado de los pueblos sirio, libanés y del Donbass, con el pueblo y el gobierno cubanos.

Hoy, la urgencia del genocidio perpetrado por el ejército sionista israelí nos exige concentrar nuestras energías junto a Palestina, por la afirmación de su derecho a su propio Estado soberano, democrático e independiente.

 

 

Intervención en el Evento Internacional “Mujeres: luchas, resistencias y guerras”

Entre el espanto y la ternura: un canto de dolor y de esperanza por nuestras luchas emancipatorias

 Por: Dania Leyva Creagh, Cuba

Comité ejecutivo del IOI

 

Amigas y amigos:

Vivimos momentos históricos transcendentales, aquellos que abren la posibilidad de transformar radicalmente el mundo. Por esa razón, resulta gratificante compartir este espacio nuevamente; en esta ocasión para reflexionar sobre la emancipación social; las luchas contra la barbarie, el genocidio, la explotación, la deshumanización e injusticias que afrontamos en los tiempos presentes.

A modo de contexto general, es pertinente mencionar que la humanidad atraviesa una crisis civilizatoria que se agravó por la COVID-19. Por lo tanto, los acontecimientos que configuran el futuro de la comunidad internacional, cada vez suceden a ritmos más vertiginosos; de allí que, es evidente que crecen los debates a nivel internacional sobre diversos temas y al removerse visiones y prácticas que habían quedado anteriormente establecidas; se luchan por reivindicaciones que fueron invisibilizadas en la historia.

Así entonces, uno de los temas que alcanza mayor centralidad y relevancia es el relacionado con las mujeres y sus luchas, en la medida en que las mujeres continúan sufriendo violencias de género, económicas, políticas y de diversos tipos en las distintas civilizaciones patriarcales y en la cultura globalizada de la ganancia y el poder del capital que se le ha impuesto a la humanidad.

“….Es justo que a la mujer se le tenga en la sociedad todo el respeto que merece y todas las consideraciones que merece…” Estas fueron palabras del líder histórico de la Revolución cubana Fidel Castro, en el II Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas en 1974. Un reclamo que no ha cesado de expresarse en múltiples formas hasta el presente. En tal sentido, el enfrentamiento y respuestas concretas a los problemas y contradicciones que en este terreno emergen son parte inalienable de los programas de lucha de las mujeres, lo que deriva que en muchos países se convierta en punto permanente de la agenda pública nacional, además de ser foco de análisis del movimiento de mujeres, feminismos, sindicalismo internacional, científicos sociales, investigadores y especialistas de diversas disciplinas e instituciones.

Por lo tanto, dedicamos esta jornada a las reflexiones sobre las mujeres en sus luchas, rebeldías y su papel frente a las guerras en sus diferentes expresiones y etapas. De modo que se contribuya al debate de manera dialógica a partir de colocarnos en disposición de escuchar sobre las afectaciones sufridas en diversos ámbitos de la vida, unido a la creatividad y la cultura de resistencia de las mujeres. De igual forma, apostarle a crear conciencia en aras de tejer nuevos conceptos de justicia, derechos humanos y dignidad para las personas y los pueblos.

Desde el siglo XIX hasta la actualidad, han estado presentes un grupo de interrogantes en las ideas y acciones que acompañan al movimiento de mujeres que se plantean la superación del sistema de explotación, dominación y depredación capitalista. Han sido imparables las denuncias a los poderes imperiales que empobrecen material y espiritualmente la vida de millones de seres humanos, especialmente la de las mujeres que día a día son protagonistas de las alternativas de resistencia y creación frente a la barbarie, la incertidumbre y la deshumanización de la vida.

Por eso, no solo merece la pena hablar del papel de las mujeres frente al fenómeno de la Guerra, el que siempre ha acompañado la historia de la humanidad. Entendiendo la misma como “la lucha armada entre grupos organizados, especialmente entre Estados Soberanos, conducidos por importantes contingentes de fuerzas armadas durante un periodo de tiempo considerable”. Sino también, en la “Paz”, donde se emplea la palabra Guerra para referirse en esencia a los esfuerzos de la Guerra No Convencional, dirigidos a explotar las vulnerabilidades psicológicas, económicas, militares y políticas del país adversario, para desarrollar y sostener las fuerzas de la resistencia y cumplir con sus objetivos estratégicos. En otras palabras; el papel de las mujeres ha sido fundamental en todos los escenarios que ha vivido la humanidad, sin embargo, uno de los problemas centrales se ubica en las formas de invisibilizar todos los aportes de las mujeres en la historia.

Ahora bien, frente a los ataques del imperialismo; el Comando de Operaciones especiales de los Estados Unidos, define la GNC: como actividades dirigidas a posibilitar a un movimiento de resistencia o a la insurgencia, a coaccionar, alterar o derrocar a un gobierno, o tomar el poder a través de, o mediante una fuerza de guerrilla, auxiliar o clandestina, en un área denegada”. Esta formulación, en décadas, ha sido aplicada en diferentes países utilizando los más diversos y sutiles instrumentos que permiten ir degradando gradualmente la gobernabilidad, la manipulación subversiva, la modificación de la ideología, la erosión de la cultura, como viene afectando a la Cuba revolucionaria.

A medida que se agrava el conflicto bélico Rusia – Ucrania, Israel- Palestina, con giros extremadamente peligrosos de la ofensiva imperialista y sus acólitos de la OTAN, que coloca a la humanidad bajo la amenaza de un conflicto global, otras naciones sufren los embates de las sanciones económicas afectando a mujeres y niños.

Por lo tanto, este escenario, es propicio para alzar las voces de las mujeres cubanas en un canto de dolor y de esperanza frente a lo que nos ha tocado vivir bajo la violencia de la política agresiva del gobierno de Estados Unidos y se haga cada vez más visible la resistencia, la lucha y la creatividad de varias generaciones que no cesan en su empeño de ser soberanas e independientes.

Como referente les comparto un resumen de la Corte de Mujeres Cubanas contra el Bloqueo (Un proyecto de sueños y realidades) realizado en conjunto la Federación de Mujeres Cubanas, la Organización “El Taller Internacional”, con sede en Túnez, y el Instituto de Filosofía del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba. Con el objetivo de:

Descubrir la relación entre las diferentes formas de violencia que le niegan a la mujer el derecho humano más fundamental de todos, el derecho a ser humano.

Este fue un espacio dedicado a escuchar los testimonios vivenciales sobre las afectaciones sufridas por las mujeres cubanas en diversos ámbitos de la vida. La vida de la mujer cubana ha estado seriamente limitada por la inhumana e injusta guerra económica, política y cultural que el Gobierno de los Estados Unidos lleva, desde hace 62 años, contra el pueblo de Cuba. Todo por su fantasioso sueño de dominación y el afán de destruir el proyecto de sociedad no excluyente y dignificador que este país se ha propuesto sobre la base del respeto al estatuto de lo humano como ente genérico y universal.

El bloqueo norteamericano pretende rendir por hambre a hombres y mujeres, ancianos y niños. Depredar por la fuerza el proceso de emancipación individual, social y de género de nuestra patria que tiene como fundamento inalienable y susceptible de avances cada vez más significativos, el derecho ganado por las mujeres a desplegar su potencial creador y participativo en todas las esferas de la actividad social y política, a una vida sin violencia, de integridad e igualdad entre los géneros y a una infancia protegida.

Este engendro genocida no siempre se hace visible para la sociedad civil internacional. La manipulación global por los grandes medios de comunicación del llamado diferendo cubano norteamericano oculta la esencia de este proyecto que es un nuevo tipo de guerra en tiempos de paz. Prueba de ello ha sido la falacia acerca de una pretendida flexibilización o «humanización» de esta guerra contra la nación cubana cuando en realidad aparecen medidas legales en los Estados Unidos para recrudecerla. La denuncia de este crimen es una meta necesariamente solidaria y colectiva, es decir, humana en el sentido estricto del término.

Poco se conoce en el mundo de la historia y la realidad del bloqueo a Cuba. La verdad de 62 años de resistencia de mujeres, hombres y todo un pueblo ante el intento de la nación más poderosa del mundo de debilitarla por hambre y desesperación, para frenar, con ello, los legítimos deseos de independencia y soberanía nacional.

Las cubanas y los cubanos hemos tenido que padecer, sobrevivir y desarrollarnos en condiciones absolutamente injustas e injustificables. Esta guerra la han practicado doce administraciones norteamericanas, dejando constancia de ella en leyes, reglamentos y ordenanzas, todos ellos violatorios del derecho internacional y la moral. Han obligado a otros Estados, mediante presiones y leyes extraterritoriales, a plegarse a esa política, pisoteando los derechos de esos Estados y sus naciones y burlándose de las normas jurídicas internacionales. Han reprimido a ciudadanos norteamericanos y extranjeros, sobornado empresas y manipulado al mundo entero con el fin de lograr sus aspiraciones de dominación. Es el imperialismo una contradicción de todo aquello que significa dignidad humana.

Hipócritamente afirman que el bloqueo no afecta a la población, que no está dirigido contra ella. Pero la vida de los pueblos no está ajena a las situaciones políticas, económicas y sociales en que se desenvuelven sus gobiernos. Más en el caso cubano que tiene un proyecto social emancipatorio y dignificador y un gobierno de participación popular. Desde los primeros días de 1959 aparecen acciones para paralizar al país. Los Estados Unidos, principal inversionista en Cuba, disminuyó las compras de azúcar hasta cortar la cuota azucarera, casi el único y fundamental soporte de nuestra economía y finanzas por aquellos años. También, desplegó un solapado boicot para impedir las compras de piezas de repuestos para la industria cubana, toda ella de factura norteamericana y se opuso a procesar petróleo ruso en las refinerías existentes de propietarios de ese país.

Pero siendo infructuoso este bloqueo parcial para doblegar al pueblo de Cuba, el 7 de febrero de 1962, el Presidente de los Estados Unidos, cumpliendo el mandato que le había encomendado el Congreso de ese país, declara el bloqueo total. A partir de las 12.01 a.m. del 7 de febrero de 1962, quedó formalmente instaurado el bloqueo con la declaración, del entonces Presidente J. F. Kennedy, de prohibir todo comercio de importación de productos de origen cubano y las exportaciones de EEUU hacía Cuba. Se dice que esta medida fue en respuesta al proceso de nacionalización de las propiedades de los norteamericanos en Cuba. Sin embargo,  éste fue un proceso legal, amparado en el derecho que le asiste al Gobierno Cubano, reconocido legítimamente como un gobierno genuino por Estados Unidos y la Comunidad Internacional desde el 7 de enero de 1959.

En este contexto, sin dejar de reconocer las insuficiencias internas y los problemas que tenemos para lograr una mayor eficiencia, control económico, y para reducir los costos se ha desarrollado la vida de generaciones de mujeres a pesar de los continuos esfuerzos del gobierno cubano por mejorar la calidad de vida de la población y en especial de estos grupos sociales más vulnerables.

Los bloqueos económicos son un recurso de dominación impuesto a la civilización contemporánea por la cultura hegemónica del poder del capital y la ganancia. La violencia implícita en el bloqueo traspasa los ámbitos colectivos y de la vida pública y penetra con mucha más fuerza en la vida privada. En el caso cubano, la existencia todavía, por ciertos prejuicios, de una marcada subordinación de la vida privada a la pública, explica actitudes discriminatorias y negativas hacia las mujeres que se agudizan bajo los efectos del bloqueo. Esto es un tema con frecuencia utilizado en campañas internacionales para desacreditar el proyecto cubano.

Aún la sociedad cubana tiene mucho que avanzar en la inserción de la vida doméstica como un elemento importante de la vida política del país. Pero, contra la vida familiar y doméstica arremete sin escrúpulos el bloqueo. Las denuncias de las mujeres, en este sentido, por ubicar solamente cinco puntos fundamentales de la vida, hacen referencia a:

(1) La búsqueda y elaboración de alimentos.

(2) Lavar y reparar la ropa y el calzado familiar.

(3) La higiene del hogar, el cuidado de los niños y los ancianos.

(4) La atención a los enfermos.

(5) La educación e instrucción de los pequeños y jóvenes de la familia.

En tales circunstancias, le corresponde, por lo general,  a la mujer sobrellevar todo el efecto de la crisis intensificando el trabajo doméstico y dedicando horas extra a solucionar los problemas familiares que se presentan.  Todo esto repercute en la calidad de vida de las mujeres, más aún si está vinculada al sector productivo de la sociedad.

Sentimos una y otra vez el valor de la solidaridad, de la ternura, del reclamo de justicia ajeno al espíritu de venganza, de la denuncia directa y hasta del humor que no falta en nuestro pueblo, en nuestras mujeres aun en los momentos más dramáticos de la resistencia y la lucha desde la vida cotidiana.

Muchas amigas y amigos nos han ayudado y acompañado. Les estamos muy agradecidos por la confianza y el ánimo que nos dan para seguir asumiendo con responsabilidad y compromiso ético, político y por encima de todo, humano la construcción de nuestro proyecto país.

¡Alcemos nuestras voces  por cada una de las mujeres y hombres de este planeta que sufren la guerra, la opresión, la injusticia y la discriminación!

Luchemos colectivamente por la emancipación social y avancemos por la transformación del mundo, para asegurar un mejor vivir.

Intervención de Suzan Abdel-Salam – Palestina 

 

Queridos compañeros y compañeras,

Les saludo con un caluroso saludo militante desde Palestina, que ahora sangra de sangre, donde la ocupación sigue robando y arrebatando vidas palestinas, ahogándola en un mar de sangre, convirtiendo su tierra en un cementerio masivo de mártires y a los vivos en una destrucción total y una nueva Nakba, y les agradezco su solidaridad y apoyo a la causa de mi pueblo palestino, sometido desde hace más de un año a una guerra genocida ante los ojos del mundo por la coalición de fuerzas neofascistas, y su condena de los crímenes cometidos a sangre fría, ante el vergonzoso silencio de la comunidad internacional.

Permítanme expresar mi agradecimiento a la Federación Sindical Mundial y al Instituto Obrero Internacional por la organización de este evento, que han apoyado y apoyan la causa palestina desde su creación, estos dos organismos sindicales militantes que se complementan entre sí, estoy orgullosa de ellos y orgullosa de ser parte de sus estructuras, que me han dado la fuerza para seguir trabajando contra las fuerzas de la oscuridad y contra el fascismo y el imperialismo y sus partidarios, y siento su apoyo constante y continuo para mí y para todos los sindicalistas libres en Palestina.

Valoramos enormemente las posiciones y acciones de muchos trabajadores y organizaciones sindicales bajo la bandera de la FSM, en decenas de países de todo el mundo en solidaridad con el pueblo palestino.

80 años desde la fundación de la Federación Sindical Mundial, y su firme postura hacia la causa de mi pueblo y su continua solidaridad con nuestro pueblo palestino. Y con todos los pueblos oprimidos… Y su lucha internacional permanente en la lucha contra todas las formas de capitalismo y de imperialismo mundial, por los derechos de los trabajadores, por la justicia y el progreso social, contra todas las formas de discriminación y contra las guerras e intervenciones imperialistas. Con el mismo espíritu de orientación de clase y coherencia antiimperialista, saludo a mis compañeras del Comité Internacional de Mujeres dirigido por la camarada Cinzia. Saludo su firmeza y su fuerza que, a pesar de enfrentarse cada día a enormes desafíos, siguen defendiendo sus derechos, defendiendo la justicia y apoyándose mutuamente a pesar de la diferencia de raza, religión y geografía, ¡por eso decíamos que una mujer es una espada con cien filos! Esto es lo que han demostrado las mujeres en todos los países que han estado expuestas a guerras y conflictos, ya que estuvieron en las primeras líneas para defender su dignidad y la dignidad de sus comunidades, y no dudaron en brindar protección y apoyo a otras mujeres.

Mis queridas compañeras y compañeros,

Tras más de un año de matanzas, destrucción y hambruna, el mundo es incapaz de detener el genocidio a pesar de todos los intentos. Ante el silencio de los regímenes que reivindican la libertad, la democracia y los derechos humanos, y ante el colapso total de todos los servicios humanitarios básicos en la Franja de Gaza, el control de la hambruna sobre millones de palestinos y la propagación de enfermedades, el Estado de ocupación israelí continúa su rabiosa agresión contra la Franja de Gaza, ignorando las normas del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los derechos humanos, cometiendo crímenes genocidas y actos de venganza contra los civiles y sus bienes, y adoptando una política de tierra quemada.

Aquí en Palestina, ese dolor para muchos de nosotros se mezcló con un sentimiento de opresión, decepción y desilusión ante un mundo que ha llegado a valorar la vida de unos y a despreciar la de otros… Un mundo con muchas contradicciones entre lo que oímos y lo que vemos: Llama a la paz, pero produce la guerra… Reclama humanidad y presume de derechos humanos, pero justifica la matanza y el hambre de miles de nuestros hijos… No podíamos imaginar la selectividad del sistema moral mundial y su silencio ante los crímenes contra la humanidad de los que hoy somos testigos.

Pero de la decepción surge la determinación.

A pesar del asedio, y a pesar de la sangre, Gaza ha liberado a muchos en todo el mundo de la ilusión de que Estados Unidos y los países occidentales que apoyan la ocupación son superiores a los pueblos del mundo. El progreso no se limita a la superioridad económica y técnica, ni se mide por la altura de los rascacielos o la velocidad de Internet, sino por la profundidad de los valores y la moral de una nación.

Queridos camaradas,

Con motivo del lanzamiento de la campaña contra la violencia hacia las mujeres el 25/11, cabe destacar que las mujeres son consideradas uno de los grupos más vulnerables en tiempos de conflictos armados y guerras, razón por la cual la Asamblea General adoptó la Resolución 3318 No. 4 del 16 de mayo de 1974 sobre la protección de las mujeres y los niños en situaciones de emergencia y conflictos armados. A continuación, el Consejo de Seguridad adoptó la Resolución 1325, de 31 de octubre de 2000, sobre «La mujer, la paz y la seguridad», en la que se afirma que los conflictos afectan a las mujeres y las niñas de manera diferente a como afectan a los hombres, siendo la primera vez que el Consejo de Seguridad abordaba el impacto desproporcionado y único de los conflictos armados en las mujeres.

En toda guerra, conflicto armado y agresión contra la seguridad de las personas y la dignidad de sus vidas, las miradas se vuelven hacia las mujeres y las niñas. Según informes de la ONU, la violación masiva de mujeres y niñas sigue siendo el arma elegida en un tercio de los conflictos armados actuales.

Las Naciones Unidas emitieron la Resolución 1325 sobre Mujeres, Seguridad y Paz, además de otras resoluciones sucesivas para proteger a las mujeres y las niñas en los conflictos y post-conflictos, y para dar a las propias mujeres un papel en estos conflictos para proteger a sus comunidades y construirlas tras el fin de las guerras.

Sin embargo, está claro que estos mecanismos no han podido hacer mucho contra la rueda de la guerra que ha matado a muchas mujeres y niñas, especialmente en nuestra región árabe y en el mundo, ya que el informe anual del Secretario General correspondiente al año 2023 registró (3.688) casos verificados por las Naciones Unidas de violencia sexual relacionada con los conflictos, lo que refleja un aumento significativo del 50% en comparación con 2022.

Sólo en Sudán, unos 6 millones de personas se enfrentan a la amenaza de la violencia de género, y las violaciones contra los hijos, las hijas y las mujeres de la Franja de Gaza continúan más allá de las líneas rojas, ya que la ocupación ha utilizado la violencia sexual contra las mujeres y los presos palestinos como estrategia sistemática para aplastar la esperanza de liberación de los palestinos y aterrorizar a la sociedad y socavar su dignidad. El Observatorio de Derechos Humanos ha confirmado que ha recibido nuevos testimonios de detenidos palestinos de la Franja de Gaza -entre ellos mujeres y niños- sometidos a crueles torturas y tratos degradantes, como desnudez y acoso sexual o amenazas de ello, y ha pedido una acción internacional urgente para poner fin a estas violaciones.

Impactantes investigaciones y testimonios de mujeres supervivientes de las guerras en la región árabe, Siria, Irak, Líbano y Yemen, confirmaron que fueron violadas a la fuerza, a menudo delante de miembros de sus familias. Estas violaciones no se detuvieron en una edad concreta, ya que las investigaciones revelaron que niños y niñas estaban expuestos a duras condiciones no exentas de riesgos de violencia de género.

A pesar del aumento del número de mujeres y niñas víctimas de conflictos armados, las cifras son mucho más elevadas porque las sobrevivientes evitan denunciar por miedo a la estigmatización, la culpa y la vergüenza, o por temor a la venganza. Especialmente con la escasez de servicios de protección y tratamiento en caso de guerras y conflictos, y la prevalencia de ansiedad y depresión que paraliza la capacidad de la víctima para comportarse adecuadamente y recurrir a cualquier medio, incluso esconderse durante el resto de su vida para olvidar el horror del trauma, si no recurre al suicidio, especialmente con la ausencia de apoyo psicológico en la mayoría de los casos, y el tratamiento a largo plazo que requieren estos casos.

Cada año, el mundo se acuerda de solidarizarse con todos los afectados por esta horrible y grave violación de los derechos humanos, y renueva su compromiso de combatirla y trabajar en favor de medidas globales para prevenirla y proteger a las mujeres durante los conflictos.

Queridos camaradas,

Mientras el mundo «canta» sobre los derechos de la mujer y celebra el Día Internacional de la Mujer, la ocupación israelí ha privado a las mujeres palestinas de sus derechos más básicos, como su derecho a una vida digna, su derecho a la alimentación, la bebida, la vivienda, la seguridad, la libertad, el movimiento y la expresión, y son objeto de ataques sistemáticos para socavar su existencia y su ser ante un mundo que ve, oye y no hace nada.

En la guerra genocida contra Gaza, como en todas las demás guerras y zonas de conflicto armado del mundo, las mujeres pagan el precio más alto de estas guerras, recibiendo la mayor parte del sufrimiento, la opresión y el dolor. La guerra afecta a las mujeres de forma muy diferente que a los hombres, pero como las mujeres están excluidas de los procesos de paz, rara vez se habla de ello y, por tanto, no se aborda a la hora de redactar tratados de paz y nuevas constituciones. Aunque la guerra se considera «el dominio de los fuertes», los afectados por ella son los grupos más vulnerables y los más alejados de iniciarla, como las mujeres, los niños y los ancianos, y esto es evidente en el caso de Gaza.

Tras 415 días de guerra en la Franja de Gaza, más de 31.000 mujeres y niños han sido martirizados desde el 7 de octubre, de un total de 45.000 mártires, y hay muchos niños y mártires enterrados en fosas comunes cuya identidad y género se desconocen debido a los atroces crímenes de la ocupación desde el 7 de octubre, y hay miles enterrados bajo las casas y otros cuyo número sólo Dios conoce.

Además, cerca de dos millones de personas se han visto desplazadas de sus hogares, casi la mitad de ellas mujeres, a lo que se suman las detenciones y desapariciones forzosas, el deterioro de la salud y las condiciones de vida, los desplazamientos, la falta de refugio, además de la escasez de alimentos y agua.

No hay ningún lugar seguro para las mujeres en la Franja de Gaza, debido a los constantes bombardeos de la ocupación, que han provocado la destrucción de edificios y viviendas. Esta destrucción ha obligado a mujeres y niñas a desplazarse y buscar refugio en lugares abarrotados, como escuelas y hospitales, lo que limita la intimidad y aumenta la probabilidad de violencia y conflicto, debido a la falta de recursos.

También tienen dificultades para acceder a instalaciones sanitarias y cubrir sus necesidades básicas, lo que afecta a su dignidad y a su salud física y mental, y aumenta el estrés psicológico y físico que afecta a su calidad de vida en general.

Las mujeres y las niñas de Gaza se enfrentan a condiciones difíciles, especialmente en lo que respecta a la salud reproductiva, los problemas relacionados con el ciclo menstrual, el embarazo y el parto, y su sufrimiento y dolor por la pérdida de sus hijos y familias es indescriptible, ya que miles de ellas han pagado un alto precio en esta guerra, que lo ha destruido todo, y luchan por sobrevivir, por proteger lo que les queda.

Cientos de informes publicados por organizaciones internacionales y de la ONU hacen un seguimiento del sufrimiento de las mujeres en la Franja de Gaza debido a la guerra en curso, entre los que destaca el informe publicado por ONU Mujeres el pasado mes de abril, en el que se afirmaba: «Más de 10.000 mujeres han muerto en Gaza, y las supervivientes de los bombardeos y las operaciones terrestres israelíes se han visto desplazadas, han enviudado y se enfrentan a la inanición, lo que hace que la guerra contra Gaza sea también una guerra contra las mujeres.»

Este año es el más duro, inclemente y violento para las mujeres, niñas y niños palestinos de la asediada y sitiada Franja de Gaza, que viven bajo un cielo que hace llover misiles y proyectiles prohibidos internacionalmente sobre las cabezas y cuerpos de los desplazados, que reciben la muerte en su forma brutal ante el silencio internacional y los tímidos movimientos regionales que no cumplen el propósito de resistir día y noche a esta guerra feroz y continua, donde las escenas de bombardeos se repiten cada hora, y se repiten las escenas de muerte, los cuerpos esparcidos por las calles, las políticas de arrestos, los desplazamientos, la propagación de enfermedades, la recuperación de partes de cuerpos desmembrados de debajo de los escombros, el hambre, la sed, la tortura psicológica y física, y las políticas de humillación. La magnitud de la destrucción en la Franja de Gaza ha obligado al menos al 75% de la población, en su mayoría mujeres, a vivir a la intemperie o en tiendas de campaña incapaces de protegerles de las lluvias invernales y del frío, y la gravedad de la agresión contra la Franja de Gaza asediada se ha agravado durante 17 años, convirtiéndose en crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y crímenes de genocidio que han obligado a sus habitantes a vivir bajo un cielo en el que llueven misiles y proyectiles prohibidos internacionalmente. misiles y proyectiles prohibidos internacionalmente, y convirtieron los cuerpos de mujeres y niños en pedazos devorados por pájaros y animales, en lugar de vivir bajo el techo de una casa con las necesidades de la vida que son coherentes con la humanidad y la dignidad de los seres humanos, o lo que es coherente con las enseñanzas de las religiones para enterrar a los mártires y los muertos que fueron pisoteados por los tanques de la ocupación sin mostrar ningún cuidado o consideración por la comunidad internacional.

Uno de los mayores retos a los que se enfrentan las mujeres en la Franja de Gaza es la falta de intimidad debido al hacinamiento, ya sea en tiendas de campaña, refugios o casas de familiares, lo que les ha impuesto grandes presiones psicológicas y sanitarias, como permanecer veladas todo el tiempo o limitar la comida y la bebida para evitar usar los aseos que las hacen esperar mucho tiempo ante la mirada de extraños, además de dormir en una habitación con un gran número de mujeres sin una cama que las cobije.

Las mujeres palestinas sufren la pérdida de su lugar de residencia: el 88,9% han sido desplazadas de sus hogares; el 78% indicaron que han perdido sus casas. El 55,6% de las mujeres viven en refugios públicos; el 25,2% viven en tiendas de campaña; el 15,8% son acogidas por vecinos o familiares; el 1,4% viven en la calle. El 75,9% tiene dificultades para preparar las comidas.
Estas estadísticas muestran que los efectos de la guerra genocida se concentraron en gran medida en las mujeres, lo que provocará muchos cambios y desequilibrios en la estructura social palestina, además de la importancia del papel desempeñado por las mujeres palestinas en la preservación de la identidad palestina y su componente simbólico. Esto también afectará al papel central en la lucha nacional palestina y al liderazgo de las mujeres palestinas en la dirección de los movimientos populares y las reivindicaciones para poner fin a la ocupación y hacer realidad el derecho de autodeterminación del pueblo palestino.

El ejército de ocupación israelí obligó a miles de mujeres y niñas a huir a pie desde el norte de la Franja de Gaza hacia el sur, una distancia estimada de 22 kilómetros, en medio de un intenso fuego del ejército de ocupación, a pesar de sus afirmaciones de seguridad para ellas, pero fueron sorprendidas mientras caminaban por la calle Salah al-Din hacia el sur, un gran número de ellas fueron detenidas, donde fueron sometidas a prácticas brutales. Fueron sometidas a prácticas brutales, y las detuvieron en el puesto de control de Netzarim, y las mantuvieron en un profundo agujero durante largas horas con armas en el cuello y la cabeza. Las que sobrevivieron y llegaron al sur de la Franja de Gaza se encontraron sin hogar y enfrentándose a grandes retos, sin un sostén y sin elementos económicos que pudieran ayudarles a continuar con lo que les quedaba de vida.

Casas, escuelas y hospitales son testigos presenciales de los retos a los que se enfrentan las mujeres de la Franja de Gaza a la luz de una guerra brutal que devoró el verde y el blanco del ejército de ocupación israelí, ya que esta guerra impuso una serie de retos y dificultades a las mujeres de Gaza, entre ellos, nuevos roles sociales que las agobiaron y aumentaron las cargas de la vida como consecuencia de la detención de sus hijos o maridos o al atacarlos matándolos directamente, por lo que las mujeres se vieron abocadas a duros trabajos que no se adaptan a su estructura física en ausencia de todos los elementos de la vida, como cortar leña para preparar la comida o hacer largas colas para conseguir agua.

En cuanto a la salud, estas condiciones obligaron a las mujeres a tomar píldoras anticonceptivas para interrumpir sus ciclos menstruales en ausencia de toallas sanitarias, lo que afectó negativamente a su salud y les causó dolor físico. El cuerpo y la sexualidad de las mujeres fueron sistemáticamente objeto de ataques en primer lugar, y el sufrimiento no se limitó a este límite. Las mujeres embarazadas también experimentaron difíciles condiciones forzadas durante su parto, sin anestesia, asistencia sanitaria ni esterilización. Según el testimonio sobre el terreno de una mujer que fue obligada a dar a luz en uno de los pasillos del hospital Kamal Adwan durante su asedio, sin ninguna consideración por su intimidad y su estado crítico, y hay mujeres que fueron obligadas a dar a luz en tiendas de campaña, refugios y jardines en una flagrante violación de su intimidad.

El sufrimiento de las mujeres palestinas en la Franja de Gaza no puede separarse del sufrimiento de las mujeres en Cisjordania, incluida la Jerusalén ocupada. Desde hace más de un año, la frecuencia de los crímenes, asaltos e incursiones de la ocupación en las ciudades, pueblos y campos de refugiados palestinos ha aumentado, salpicada por campañas de detenciones a gran escala, demolición de viviendas y propiedades, y el uso de mujeres y niños como escudos humanos, y 94 de ellas siguen enfrentándose a un destino desconocido hasta ahora, después de haber sido detenidas en condiciones humillantes y trágicas, donde son sometidas a torturas, abusos, humillaciones sistemáticas y negación de todos los derechos garantizados por el derecho internacional humanitario.

Las mujeres de Cisjordania sufren unas condiciones de vida extremadamente difíciles debido a la gran escalada practicada por las autoridades de ocupación y los colonizadores en varias gobernaciones, y a las consecuencias de estas violaciones, entre las que se incluyen la escalada de detenciones, el acoso en los puestos de control militares, el desplazamiento forzoso de varias familias debido a la violencia de los colonizadores contra muchas comunidades, o las medidas punitivas y demoliciones llevadas a cabo por las fuerzas de ocupación en muchas zonas de Cisjordania y Jerusalén.

Este año, las actividades de la campaña mundial para combatir la violencia contra las mujeres (la campaña de los 16 días) coinciden con el 76º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en una de las guerras más brutales y bárbaras conocidas por la humanidad, ya que la ocupación israelí atenta contra el ser y la existencia palestinos, mediante una guerra de exterminio que ha continuado durante más de 13 meses, a la vista del mundo y de los países que dicen proteger los valores de la humanidad y los derechos humanos. A través de sus continuos crímenes, la ocupación busca desarraigar al pueblo palestino de su tierra y borrar su historia, un objetivo que el Estado de ocupación ha estado tratando de lograr por todos los medios posibles desde la Nakba de 1948 y las posteriores guerras y masacres cometidas contra hombres y mujeres palestinos, en un esfuerzo por transformar al pueblo palestino en grupos dispersos de la población, sin derechos políticos o nacionales.

El sufrimiento especial al que se enfrentan las mujeres palestinas como resultado de la violencia diaria de la ocupación, para más de un millón de mujeres entre zonas donde la seguridad y la protección están ausentes, ya que la ocupación intenta reducir lo que denomina «zonas seguras» como parte de los planes y objetivos sistemáticos para reocupar de nuevo la Franja de Gaza, lo que ha afectado devastadoramente a la situación general y ha reflejado sus efectos en todos, especialmente en las mujeres y los niños.

La violencia más grave a la que se enfrentan las mujeres es la violencia colonial representada por el genocidio, la inanición y el desplazamiento forzoso, utilizando el arma de la inanición en su guerra sucia, llegando incluso a anunciar su intención de cambiar el mapa del nuevo Oriente Medio trasladando el modelo de Gaza al hermano Líbano y a cualquier lugar donde alcance su fuego con la cobertura de Estados Unidos, que abre depósitos de armas y le suministra armamento letal, convirtiéndolo en socio de pleno derecho en la guerra de aniquilación, ya que se lanzaron 85.000 toneladas de explosivos sobre Gaza, cuya superficie no supera los 365 kilómetros cuadrados. Más de 85.000 toneladas de explosivos fueron arrojadas sobre Gaza, cuya superficie no supera los 365 kilómetros cuadrados, en un momento en que Naciones Unidas sigue sin aplicar las resoluciones históricas relacionadas con la cuestión palestina y sigue una política de doble rasero basada en el derecho de veto que encabeza Estados Unidos. . Todo ello ha contribuido a que Israel dé la espalda a la legitimidad internacional, la desprecie y no se comprometa con ella, lo que se ha intensificado recientemente con su decisión de impedir el trabajo de la UNRWA en Cisjordania y Gaza, lo que tendrá graves consecuencias para la vida de los refugiados palestinos.

Queridos camaradas,

La ocupación israelí está llevando a cabo una guerra paralela contra los trabajadores palestinos (Gaza y Cisjordania), ya que la ocupación tiene como objetivo a las trabajadoras y los trabajadores negándoles el acceso a sus lugares de trabajo mediante la imposición de restricciones a su movimiento a través de los cruces, especialmente a los trabajadores palestinos en los territorios ocupados, lo que llevó a la presencia de 200.000 trabajadores sin una fuente de sustento, impidiéndoles entrar en el interior de los territorios ocupados durante casi un año, así como la pérdida de 306.000 oportunidades de empleo en Cisjordania, y reduciendo el número de trabajadoras y trabajadores en los establecimientos del sector privado. Esto ha aumentado las dificultades de vida de miles de familias y ha agravado la tasa de desempleo y pobreza en Palestina.

Además, un gran número de trabajadores han resultado heridos o martirizados al intentar preservar sus puestos de trabajo y sus medios de subsistencia intentando saltar el Muro o cruzarlo de forma insegura.

Los 200.000 trabajadores que trabajaban en Israel desde Gaza y Cisjordania no cobran sus salarios desde septiembre de 2023, lo que supone una pérdida de ingresos de millones de dólares para los palestinos que trabajan en Israel.

A la luz de lo anterior, pedimos lo siguiente:

Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que asuma sus responsabilidades y actúe para detener la guerra genocida e impedir que se complete. La hacemos responsable legal y moralmente de su continuación. Le pedimos que adopte una posición histórica volviéndose contra el sistema de toma de decisiones en las Naciones Unidas representado por el veto, que mantiene la extralimitación en el Consejo de Seguridad. Le pedimos que acometa sin demora la reforma del sistema de las Naciones Unidas para hacerlo más eficaz en el mantenimiento de la paz y la seguridad, remitiendo la toma de decisiones a la Asamblea General, por ser más justa y representativa de la voluntad internacional.

– Hacemos un llamamiento a la Cruz Roja Internacional para que asuma las responsabilidades morales que tiene asignadas para poner fin a la política de la ocupación de desaparición forzada de mujeres detenidas, detener la tortura en los campos de exterminio, respetar la Cuarta Convención de Ginebra y sus protocolos para los prisioneros y vigilar las prácticas brutales de la ocupación contra ellos, especialmente la política de desnudez, la prohibición de cubrirse la cabeza y las violaciones de la intimidad cultural contra las prisioneras.
– Pedimos a los pueblos del mundo y a la Unión Europea en particular que acaten la decisión de boicotear a las empresas que operan en los asentamientos.
– Hacemos un llamamiento a las organizaciones sindicales para que realicen más actividades y vigilias frente a las embajadas israelí y estadounidense y presionen a sus gobiernos para un alto el fuego inmediato y para que no permitan el paso por sus puertos de barcos cargados de armas que apoyan a la entidad sionista que está matando a los pueblos palestino y libanés.
También pedimos la entrada de asistencia médica, alimentaria y vital a nuestro pueblo asediado y la apertura de pasos y carreteras
-Hago también un llamamiento para que se lance una campaña de ayuda y apoyo a las mujeres y al pueblo palestino de Gaza en el marco de la Federación Sindical Mundial, esperando que todas las organizaciones sindicales la adopten para proporcionar alimentos, medicinas, ropa y tiendas de campaña que puedan contribuir a aliviar el impacto de la guerra sobre los desplazados, tanto para el pueblo palestino como para el libanés, sobre todo teniendo en cuenta que existen organizaciones internacionales que pueden contribuir a la introducción de esta ayuda, como Médicos Sin Fronteras, la Media Luna Roja y la Cruz Roja.

Y por último

En el Día Internacional de Solidaridad con Palestina, me complace expresar mi gratitud a todas las fuerzas y movimientos populares y estudiantiles anticoloniales que salieron a expresar su apoyo a una Palestina libre y contra la guerra de aniquilación y a exigir responsabilidades a la ocupación por los graves crímenes cometidos. Esperamos que en nombre de la solidaridad internacional sigan tomando las plazas y las calles para expresar sus posiciones de principios y honor, porque las posiciones que apoyan el derecho a la autodeterminación de nuestro pueblo marcan el cambio y la diferencia que las mujeres de todo el mundo necesitan para protegerlos y dedicarse a trabajar para conseguir sus legítimos derechos democráticos.

Es cierto que el famoso refrán dice que «los hombres hacen las guerras y las mujeres sufren el azote de las guerras». Sin embargo, cuando la guerra termina, las mujeres son el mayor rayo de esperanza en las zonas de conflicto y guerra, ya que las mujeres salen de su condición de víctimas pasivas para convertirse en las que pasan por alto el dolor, la pena y la amargura, y se muestran desafiantes para crear una realidad mucho mejor, reuniendo a las familias e incluso construyendo comunidades y participando en el mercado laboral, como el sector médico, la industria y la agricultura, para ser la principal fuente de estabilidad a través de su entidad integrada y no limitarse a ser víctimas, además de cuidar de sus familias e hijos y ocuparse de su crianza y educación.
Las mujeres de Gaza han demostrado que son un símbolo de valentía y sacrificio, con su firmeza frente a la agresión, y su persistencia en una vida llena de desafíos y determinación para sobrevivir a pesar de los bombardeos, la destrucción y los desplazamientos. Su papel protagonista en la preservación de la sociedad palestina y en la resistencia a la ocupación es fuente de orgullo e inspiración para todas las mujeres de Palestina y del mundo.

Saludamos a todas las mujeres del mundo que luchan contra la injusticia y la tiranía, especialmente a las mujeres que continúan su lucha en Siria, Líbano y Sudán, donde se enfrentan a enormes retos para defender sus derechos y sus sociedades en medio de complejas crisis sociales y políticas.

También hago un llamamiento a la comunidad internacional para que se esfuerce por poner fin a las guerras y los conflictos y garantice que los esfuerzos de consolidación de la paz sigan previniéndolos, ya que nada puede detener la marginación de las mujeres en los conflictos, además de priorizar la protección y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y garantizar que se escuchen sus voces y se defiendan sus derechos. Dedicar financiación a largo plazo a los programas humanitarios que conciernen a las mujeres y las niñas durante y después de los conflictos, para garantizar su recuperación de los efectos de estas guerras y asegurar que contribuyen a la reconstrucción de sus sociedades del mismo modo que los hombres en sus sociedades.

Viva la lucha de nuestro pueblo por la libertad y el fin de la ocupación

Gloria a los mártires y mártires y libertad para los prisioneros

Vivan las luchas de los pueblos por la descolonización

Viva la clase obrera mundial

Viva la FSM

Viva Palestina

 

 

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